Más de 1 000 000 de personas están usando la tecnología con el propósito de aprender un idioma. Hemos investigado por qué el aprendizaje a través de apps es ya más popular que los métodos tradicionales y qué ventajas esconde.
Facebook tiene ahora más de 1600 millones de usuarios y esto equivale a un cuarto de la población mundial. Este número impresiona todavía más cuando consideramos que 3300 millones de ciudadanos -de los 7200 millones de habitantes que viven en nuestro planeta- están conectados a internet: esto significa que Facebook tiene registrados a la mitad de los internautas. Si este número aún no te sorprende lo suficiente, el otro gigante de internet, Google, gestiona alrededor de 4000 millones de búsquedas al día.
La cantidad de información que se genera a través de estas interacciones da lugar a cambios en la manera que tenemos de comunicarnos y, a su vez, forma los diferentes canales que usamos para crear y compartir el conocimiento humano.
Las empresas que trabajan en la escala de Google o Facebook abordan y satisfacen las necesidades principales de las personas, es decir, promueven el acceso a la información y a las interacciones sociales. Es la fórmula del éxito: crear o identificar una necesidad y ofrecer un producto o servicio que satisfaga esta necesidad. En nuestro mundo hiperconectado esto es posible a nivel global: Uber te puede conseguir un coche a cualquier lado del Atlántico, Airbnb puede asegurarte un apartamento en Bombay o en Buenos Aires y Foodora te puede llevar comida a casa en Birmingham o en Berlín.
¿Pero qué pasa cuando la empresa se centra en una aspiración, en vez de en una necesidad? ¿Puede contar también con miles de personas que comparten el interés común de aprender o mejorar?
En 2007, los expertos en idiomas de Babbel se propusieron convertir el aprendizaje de idiomas en algo fácil, efectivo y accesible para todos. Si pasamos rápido los 9 años que han transcurrido desde entonces, los cuatro fundadores que empezaron este proyecto se han convertido en cuatrocientos entusiastas de los idiomas –entre los que se encuentran lingüistas, profesores, políglotas y redactores– que producen cursos para que los usuarios puedan aprender hasta catorce idiomas a partir de siete lenguas de visualización distintas, lo que da lugar a noventa y ocho combinaciones de cursos realizados a medida.
¿Cómo funciona?
Los números hablan por sí solos: más de 1 000 000 de personas han elegido aprender un idioma con Babbel y el número sigue creciendo. ¿Pero por qué es tan popular esta app? Lo hemos resumido en 5 razones:
1) Las personas
De los comienzos ruidosos con entusiastas de los idiomas trabajando en unloft de Kreuzberg (Berlín), la oficina central de Babbel ha evolucionado hasta tener a todos sus expertos reunidos en un edificio en el centro de la ciudad con el objetivo común de crear la herramienta de aprendizaje de idiomas más completa y atractiva del mercado. Para una empresa que necesita noventa y ocho combinaciones lingüísticas, es vital encontrar a las personas adecuadas, desde un lingüista italiano que pueda diseñar un curso en indonesio, hasta una diseñadora gráfica que pueda transmitir y adaptar diferentes sensaciones a través de siete idiomas distintos. Este imperativo multilingüe y la experiencia intercultural han dado a la empresa un toque único y la facilidad de poder innovar en el ámbito del aprendizaje de idiomas online.
2) El producto Y el servicio
El aprendizaje online conlleva algunas ventajas inherentes a la experiencia de aprender a través de una app. Es algo muy cómodo: llevamos el teléfono móvil siempre a mano cargado y preparado para guiarnos a través de los obstáculos de la vida moderna, desde el snooze de por las mañanas hasta el emoji del mensaje de buenas noches, pasando por el GPS que nos lleva por el buen camino.
Además, un producto online tiene la ventaja de poder ser actualizado y mejorado de manera constante, casi mágica. El progreso de un estudiante de Babbel se mide según los cursos que completa, y estos son continuamente optimizados por el equipo de Babbel para asegurar que la información se presente y se absorva de la manera más efectiva posible. Sí, bueno, la gramática alemana será complicada se presente como se presente y sí, algunas palabras francesas no parecen para nada como se pronuncian, pero ahí es donde entra Babbel: intenta hacer simple lo complicado.